miércoles, 10 de septiembre de 2014

EL PERÍODO DE ADAPTACIÓN


El periodo de adaptación es un proceso mediante el cual el niño va elaborando sentimentalmente la pérdida y la ganancia que le supone la separación de la familia hasta llegar a aceptar voluntariamente esa situación. Supone un cambio muy importante para el niño, normalmente es la primera vez que se separa de su familia, sale de su entorno para conocer un espacio nuevo que ha de compartir con otros adultos y otros niños. Durante este tiempo, el niño tendrá que superar la dificultad de separarse de sus papás, tiene que aprender a sentir la escuela infantil como un lugar seguro donde se sienta protegido y adaptarse a nuevas normas, horarios, comidas y personas diferentes… Con todos estos cambios es normal que el niño pase momentos en los que se sienta inseguro, tenga sensación de abandono o desprotección.

Por todo ello, durante los primeros días o incluso semanas, los niños pueden desarrollar conductas de rechazo. Reacciones frecuentes en estos periodos son los lloros, pataletas, alteraciones del sueño o cambios en la alimentación. Algunos niños sienten ansiedad por la separación, sensación de miedo, experimentan celos de otros hermanos o muestran comportamientos agresivos. Otros niños lloran poco, pero se muestran retraídos, se aferran fuertemente a la persona que los lleva a la escuela infantil y se muestran temerosos con los extraños. Ante todo ello, hay que tener en cuenta que todas estas reacciones son normales y pasarán a medida que el niño comience a aceptar la nueva situación.

La integración del niño a la escuela debe hacerse poco a poco, sin prisas ni agobios. Es importante respetar los tiempos que tiene cada niño en particular para adaptarse. Estos son algunos consejos para que la “vuelta al cole” sea más llevadera, sobre todo si acude a un centro escolar por primera vez.

  • Durante el periodo de adaptación conviene que sean los padres quienes intenten llevarles y recogerles del centro educativo, ya que esto les dará seguridad y les ayudará a acostumbrarse antes al cambio.
  • Dejar al niño con una actitud positiva, actuando con normalidad sin dudas, culpabilidad o inseguridad por dejarlos en la escuela.

  • Hacer una despedida breve. Un besito y un “hasta luego”. Una sonrisa y una actitud serena es suficiente para trasmitir seguridad. Es importante ser firme y que el niño no piense que la marcha de los padres es opcional o que si protesta con fuerza impedirá que se vayan. No hay que “alargar” las despedidas, si se prolonga la despedida será perjudicial para el pequeño y para los papás. Otra cosa sumamente importante es “no desaparecer”, es decir, salir a hurtadillas mientras el niño está distraído. Esto es peor porque afianza el sentimiento de abandono.
  • Evitar frases del tipo “no llores que mamá se va triste” que hace a los niños sentirse peor y las mentiras “ahora vuelvo”, porque genera inseguridad y hace que el adulto pierda credibilidad.
  • Si es necesario, es bueno que el niño lleve algún objeto de apego que le dé seguridad: un peluche, una mantita…
  • Durante el periodo de adaptación conviene posponer cualquier cambio que pueda suponer un extra en inseguridad: un cambio de habitación, pasar de la cuna a la cama, la retirada del pañal o del chupete…
  • Es posible que en el reencuentro con los padres el niño llore o muestre indiferencia. Son manifestaciones normales que los padres deben tener en cuenta y no angustiarse. Lo mejor mostrar una actitud serena y de normalidad.
  



AQUÍ UNA CANCIÓN PARA APRENDER EN LOS PRIMEROS DÍAS…


¡ÁNIMO QUE YA CASI LO HEMOS SUPERADO!

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